Lukannon
(Ésta es la gran canción que todas las focas de San Pablo cantan en alta mar cuando van de regreso á sus playas en el verano. Es una especie de himno nacional muy triste).[9]
Hallé muy de mañana á mis amigas
(pero ¡ay! ¡qué vieja que me he vuelto ya!)
donde rugen las olas en verano
contra cien arrecifes al chocar.
Cantando á coro las oí: sus voces
la del mar sofocaban, y eran más
de un millón las que el coro de las playas
de Lukannon cantaban sin cesar.
La canción del reposo junto al lago,
de dunas en que juega un escuadrón,
de las danzas nocturnas entre el fuego
del mar, que el hombre aun no profanó.
Hallé muy de mañana á mis amigas
(á las que nunca he de encontrar ya más);
la costa ennegrecían sus legiones
de un lado yendo á otro con afán.
Y á través de la espuma, mar adentro,
desde donde la voz puede llegar
su entrada saludábamos á gritos
mientras iban subiendo el arenal.
¡Las playas de Lukannon!... donde crece
la yerba que la niebla humedeció,
donde jugamos en pulidas rocas,
donde todas nacimos... ¡nuestro amor!
Hoy hallé de mañana á mis amigas...
¡deshecho el triste bando estaba ya!
Cazábanlas los hombres en el agua,
ya en tierra, golpeaban sin piedad.