El libro de las tierras vírgenes

Canción de Mowgli contra los hombres

¡Sobre vosotros lanzaré las vides
de pies veloces, y á la Selva entera
mandaré luego que hasta el mismo rastro
que en pos vuestro dejéis á borrar vaya!

Ante ella se hundirán todos los techos,
quedarán sin sostén los viejos muros,
y la amarga karela, como un manto
irá á cubrirlo todo con sus hojas.

Donde á reuniros vais irán los míos
á aullar sin tregua, y del dintel colgantes
se verán en la puerta del granero
á los grandes murciélagos inmóviles;
y tendréis por guardiana á la serpiente
que en vuestro hogar reposará tranquila,
y la amarga karela irá á dar fruto
donde hoy en lechos os tendéis vosotros.

Yo haré que aunque sin ver á mis amigos
sintáis su azote y les oigáis temblando:
de noche he de mandarlos, cuando el suelo
no ilumina la luna todavía.

Yo os daré por pastor al fiero lobo
que en no acotados campos irá á erguirse,
y la amarga karela sus simientes
esparcerá donde el amor gozasteis.

Yo en vuestros campos lanzaré á mi pueblo
y, al frente de él, aun antes que vosotros,
iré á segarlos, y, ya el pan perdido,
tendréis que ir á espigar tras nuestras huellas.

Serán de hoy más los ciervos vuestras yuntas
para labrar las tierras devastadas,
que donde alzarse vuestro hogar solía
sólo abrirá sus hojas la karela.

Sobre vosotros lanzaré las vides
de pies que lejos van: vuestros linderos
los borrará la Selva al invadiros
y el bosque ha de reinar en vuestros prados.